La Covid-19 ha puesto todo patas arriba. Aunque el huracán haya ayudado a mejorar algunos aspectos de nuestra sociedad (ha servido para poner en valor nuestro sistema sanitario, la importancia de los cuidados y la producción de alimentos de cercanía, por ejemplo), es evidente que el balance general está siendo demoledor. Demoledor por haber perdido vidas humanas, también respecto a la destrucción de empleo y la erosión (por pura tensión y sobrecarga) de las joyas más preciadas de nuestro estado del bienestar (nuestro sistema de salud y educación), que ahora toca revitalizar, fortalecer y proyectar hacia el futuro.
Es tal la paliza que este virus está dando a nuestra sociedad que, si bien no amenaza con el K.O., sí nos obliga a tomar un soberbio revitalizante de cara a los próximos asaltos.
Por eso he titulado esta nota y este nuevo blog así: es tiempo de mojarse. Si tenías pensado contratar a más trabajadores o trabajadoras, hazlo. Si siempre has querido apuntarte a aquel curso de formación agraria, es el momento. Si tenías previsto emprender, emprende. Si tenías previsto hacerte socio de alguna asociación, no esperes más. Si te gustaría tomar partido por las personas que más están sufriendo estos últimos meses, hazlo. Y si tenías previsto llamar por teléfono más a menudo a tus mayores, no lo dudes.
Es momento de movilizarnos con la mascarilla puesta, de comprometernos, tanto personas como entidades de cualquier índole, desde el papel que a cada una le toca jugar. Es momento de mojarnos y de enfrentar este chaparrón.